El pasado mes de agosto nuestro hogar abrió sus puertas y abrazó a nuevos niños y niñas, para los cuales la necesidad de un lugar de cuidado y protección era imperiosa.
En nuestra labor, articulada con los organismos de niñez de la Provincia de Buenos Aires, se pudo formalizar la ampliación del cupo de infancias que podemos amparar. Así, en la misma semana que nos llegó la noticia, los espacios se ocuparon e ingresaron niños y niñas de 6, 7 y 10 años de edad, entre ellos dos hermanos.
Cada ingreso es un encuentro de emociones -para ellos, para los niños que ya están en el Hogar y para todo nuestro equipo- donde priorizamos la posibilidad de ofrecer a cada niño lo que necesita. Saber que podrán crecer bien en esta “gran casa”, acompañados en sus horas de tareas, pudiendo disfrutar de un patio inmenso para jugar, recibiendo comida nutritiva preparada con tanto afán por nuestra cocinera que se toma como desafío personal pensar las mejores estrategias para que “el chico coma sano”, como siempre dice… Todo eso pone en perspectiva nuestro trabajo y el compromiso de toda la comunidad que sostiene este hogar.
Actualmente en el Partido de San Martín somos el hogar convivencial que más niños y niñas alberga. Y esto nos llena de orgullo y esperanza porque sin lugar a dudas, por ellos todo vale la pena. No son historias fáciles las que llegan a esta casa. Pero sin dudas son historias de amor y futuro las que egresan.
Y mientras reflexiono sobre todo esto y llego al Hogar pensando en escribir esta nota, el último niño que entró parece que intuye mis pensamientos porque abro la puerta y sale de donde este corriendo a abrazarme. Hoy se enteró que ya tenemos todo listo para que empiece fútbol en el club del barrio, así que me gane un ¡abrazo doble! Sé igual que ese abrazo no es solo para mi si no para todos los que hacemos posible que esta casa este abierta, desde hace 145 años.
Ana Alvarez, Directora del Hogar
