“Señora jueza, quiero una familia ya”
¿Por qué muchos juzgados frenan las adopciones?
En el día de hoy salió una nota en La Nación con respecto a por qué muchos juzgados frenan las adopciones.
Como siempre un honor que entrevisten a nuestra directora Ana Alvarez y que nos pregunten a cerca de la vida de los chicos que viven en el hogar.
A veces sentimos que no se habla lo suficiente por eso aprovechamos cada oportunidad para dar nuestro punto de vista.
Ese sentido, Ana Alvarez, directora del hogar María Luisa, de Villa Ballester, San Martín, advierte: Vemos celos profesionales. Desde los juzgados me han llegado a decir: ‘Tenemos mucha más responsabilidad que ustedes’. A nosotros, que estamos todos los días con los chicos”. Yo escribo y vos luego fijate…..: la nota es un muy buen resultado luego de una larga charla. Lo que veo es como nuestras experiencias se replican en otros hogares también. En la provincia de Buenos Aires los hogares convivenciales integramos el sistema de protección con la función específica de cuidado de los niños. Nos encomiendan la responsabilidad de trabajar con los chicos para lograr un equilibrio en su salud física y emocional con las secuelas que el maltrato pudo dejarles. Hacemos un enorme trabajo de encontrar espacios donde puedan aprender cosas que les gusten, donde van reforzando su autoestima y se van animando a más cosas. Porque pueden, pero tienen una voz interna al principio, que les dice otras cosas. Y para todo esto hay un enorme equipo dentro de la institución: psicóloga, psicopedagoga, trabajadora social. Hay profesores de nivel inicial, profes de educación física. Todo el personal recibe capacitaciones y todo el voluntariado es ávido de mejorar y se compromete por los chicos. Creamos vínculo, vuelven a confiar en adultos. Lloran, festejan, se desilusionan, les agarra bronca y estos adultos quienes hacen el hogar, sostienen abrazan y contienen. Porque lo más importante es que de esta experiencia salgan fortalecidos. No puede ser un paréntesis en la vida de ninguno de los niños que pasa por el María Luisa. Toda esta experiencia, tiene que ser una gran experiencia, con mucho por aprender y eso les transmitimos todos los días. Y si eso no es ser parte del proceso, habrá que buscarle un nombre.
Te compartimos la nota de La Nación: