Menos trabas para los legados solidarios

Casi un año atrás hubo un cambio en la ley de donaciones que sorprendió, pero no tanto. Es que muchas organizaciones del tercer sector venían trabajando fuertemente para lograr algo importante: que donar inmuebles volviera a ser viable en la Argentina, gracias a un cambio en el régimen que reglamenta esta acción. Esto es vital para las ONG porque, así, ahora pueden hacer uso de esas propiedades sin tener que esperar años para disponer de ellas.

“Las donaciones son contratos a título gratuito –sin contraprestación– que realiza una persona para transmitir un inmueble, bien o derecho, en favor de otra, con la finalidad de beneficiarla”, definen desde el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.

En el esquema del viejo Código Civil, hasta agosto de 2015, las donaciones en favor de personas que resultaban ser herederos legítimos del donante en el futuro, no traían problemas. “Por el contrario, las donaciones que se efectuaban en favor de terceros no herederos (donde están las instituciones de bien público, por ejemplo) estaban sujetas a una acción denominada reivindicatoria, que se hacía efectiva si luego de la muerte del donante, aparecía algún heredero reclamando derechos en la herencia. Esta acción producía la inmediata devolución del bien al heredero que reclamaba, no importando si había sido transmitido a otras personas”, aclaran los escribanos.

Una reforma necesaria

¿Por qué se llegó a esto? Cuando se unificó el Código Civil y Comercial en 2015, los legisladores no siguieron los parámetros del anterior Código Civil y se dispuso que todas las donaciones, aún las celebradas en favor de herederos legítimos, estuvieran sujetas a esta acción reivindicatoria. “Sólo estableció plazos de prescripción de la misma que operaban a los 10 años, desde la donación, o a los 5, desde la muerte del donante. Esto significaba que los bienes donados quedaban en un estado de indisponibilidad por los donatarios que los habían recibido, durante ese plazo, sin posibilidad de venderlos o gravarlos”, agregan los notarios.

Finalmente, a fines de 2020 llegó la reforma, impulsada por el Colegio de Escribanos, junto con el Consejo Federal del Notariado y varias asociaciones de bien público, como AmiaMIA, Unicef y Fundación Sales, entre otras.

“Con esta reforma desapareció completamente el inconveniente para las donaciones a los legitimarios, y respecto de terceros –instituciones de bien público, por ejemplo– dispuso que mientras se conservara la propiedad, la acción seguía vigente, pero si la misma era vendida, finalizaban sus efectos ‘reipersecutorios’, protegiendo a los compradores de buena fe y a título oneroso. Es decir, se privilegió la circulación de los bienes por sobre el interés particular de algún heredero desconocido, que posee otras acciones para reclamar la herencia”, aclaran desde el Colegio de Escribanos.

De esta manera, en septiembre, denominado Mes del Legado, las entidades de bien público tienen garantizado su derecho a recibir bienes inmuebles por donación, para el cumplimiento de sus fines y para evitar inconvenientes deben realizarlos a la mayor brevedad posible.

Este nuevo escenario despertó la confianza en la acción de donar y eso hizo que en el primer trimestre de 2021 crecieran 300 por ciento las donaciones en la Ciudad de Buenos Aires.

“Un año normal tenía entre 6.000 y 7.000 donaciones (con el cambio que se había realizado en el código las donaciones habían bajado a 3.000 anuales). Con esta tendencia, en septiembre ya se empardaría con 2007, que fue un año récord (se hicieron 7.727 donaciones) y quedaría un trimestre para crecer aún más. La lógica hace suponer que 2021 será claramente el mejor año en donaciones”.

ONG beneficiadas

“El cambio en la reglamentación fue positivo para las organizaciones sociales, además de traer tranquilidad y transparencia para aquellos que desean dejar un legado solidario. Antes, una persona con herederos forzosos solamente podía dejar un 20 por ciento de su patrimonio; con el cambio, ese porcentaje se elevó al 30 por ciento”, sostiene Arturo Prins, director Ejecutivo de la Fundación Sales, que, junto con Unicef, Don Orione, Cáritas Argentina, Amia, Médicos sin Fronteras y otras ONG están trabajando en la campaña de Legado Solidario.

Según este directivo, el nuevo escenario beneficia a las entidades del tercer sector, ya que aumentó “lo que se puede donar. Además, nos brinda tranquilidad al momento de recibir ese legado”, añade.

Muchas veces las entidades no se enteran de la donación hasta que es efectiva, porque ésta es una acción privada que la persona hace sola con el notario. “En algunas ocasiones sucede, como es nuestro caso, que los donantes se comunican con la organización social a la que quieren dejar su legado y se comenta esta decisión. En estos casos, nosotros ponemos a disposición todo el asesoramiento necesario para cumplir con lo que establece el Código Civil y Comercial. Pero, en otras ocasiones, las organizaciones sociales nos enteramos al mismo tiempo que los herederos forzosos de que nos legaron parte del patrimonio”, detalla Prins.

Fundación Sales ha recibido donaciones bajo la figura de legado solidario. “El destino que se le da es la obtención de recursos para continuar financiando nuestras investigaciones científicas en torno al cáncer. Dada la importancia que tiene esta forma de donación, que se puede realizar en cualquier momento de la vida, es que todos los años desarrollamos la campaña mensual de Legados Solidarios para poder informar a la población en general sobre esta figura legal. Cabe resaltar que si la persona no tiene herederos forzosos, como pueden ser esposa e hijos, los bienes quedan en manos del Estado. Formulando su decisión de donarlos a una o varias organizaciones sociales se brinda sustentabilidad a los programas que éstas desarrollan”, concluye Prins.

Fuente: Revista Tercer Sector.