Lo que esperan los niños, mientras esperan…

Mientras esperan un Hogar, construyen sueños y sonrisas.

En el Hogar de Niños María Luisa, cada día es una nueva oportunidad para crecer, aprender y soñar. Aquí, los niños esperan volver a vivir en familia, una familia que los cuide amorosa y respetuosamente. Una familia “para toda la vida».

En una familia no sólo reciben cuidado y protección, sino que también encuentran un espacio donde se les brinda amor, esperanza y la posibilidad de ser ellos mismos.

Mientras ese día llega los chicos esperan ir a la escuela, que el voluntario que los ayuda con el cole venga a acompañarlos y que salga el sol a la tarde, así el patio es todo para ellos.

Esperan tener el guardapolvo planchado, la mochila llena de útiles lindos y nuevos y la nota firmada en la carpeta de sus personajes preferidos.

Que lo acompañen de la mano hasta la escuela, y a la hora de salir, que esté en la puerta quién lo va a buscar para volver rápido al Hogar, porque seguro la comida ya está lista y la cocinera y la panza no saben de esperas.

Esperan que los reconozcan, los desafíen, los animen a ser cada día mejor: “Cante pri» dicen. El que se llega a terminar toda la tarea primero, elige la peli de la noche.

Y están también los desafíos más profundos: reconocer sus emociones, sus talentos, vibrar y emocionarse aprendiendo a tocar el chelo o a cantar. Ser reconocidos como un “muy buen arquero” y que los compañeros del club los inviten a sus cumpleaños.

Esperan que los llamen pronto del juzgado con buenas noticias, y que si les toca verse con los hermanos, no se enfermen justo el día que se visitan.

Esperan que el fin de semana venga el grupo de voluntarios que juegan al fútbol y hacen unas pizzas buenísimas. Aunque capaz también sale plaza, donde se sale con las bicicletas a pasarla de 10 y allí esperamos no pinchar porque habrá que cargarlas de vuelta.

Esperan ese ratito de compañía en la oficina, el patio o la cocina para contar algo de la escuela o confesar ese “secreto” que permitirá empezar a sanar el corazón.

Esperan que la psicóloga venga, la psicopedagoga traiga el juego que le prometió, que la seño del cole se aprenda su nombre y que su amiguito lo invite a tomar la leche.

Mientras los chicos esperan, las familias esperan que personas como vos y yo estemos con ellos acompañándolos en este tiempo único e irrepetible.

Adoptar no solo cambia la vida del niño, sino también la de los padres. 

Si estás listo para comenzar este camino, te invitamos a contactarnos para obtener más información y orientación personalizada.

Te compartimos la siguiente nota donde te contamos más acerca del tema:

https://hogarmarialuisa.org/estas-pensando-en-adoptar-mira-estos-consejos/